Los árbitros

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Vale, los árbitros se equivocan. Y mucho. De acuerdo, pero y tú, ¿no te equivocas nunca? Analízalo y verás que te equivocas al menos tanto como ellos. Él suele estar solo ante el peligro, aunque en según que categorías son dos, y ha de estar siempre vigilando a diez tíos que corren sin parar por toda la pista. Tú, si quieres, puedes relajarte un instante y dejar la iniciativa a tus compañeros. El árbitro no puede hacerlo, si no la puede liar. Tú sueles entrenar tres días a la semana para mejorar. Los árbitros no profesionales, que son casi todos, no entrenan situaciones de juego porque entre semana prácticamente no hay partidos. Han de confiar que podrán solucionar sus errores en el partido siguiente sin haber practicado.

¿Qué por qué los defiendo tanto? No lo hago, simplemente quiero que te des cuenta de que no lo tienen tan fácil como tú piensas. Y si no lo acabas de ver, ponte a arbitrar un día de estos. A ver qué pasa.

Los arbitrajes, los árbitros, es otra de las muchas cosas que no puedes controlar. Es más, cualquier intento de hacerlo te puede resultar fatal, para ti y para tu equipo. De modo que has de ser inteligente. Simplemente, ayúdales, colabora con ellos ¿Cómo? Ahora te doy algunas ideas.

Un ejemplo. El reglamento indica con claridad lo que es una falta personal. Pero las situaciones de juego son infinitas. El árbitro interpreta el reglamento. Y está obligado a hacerlo con mucha rapidez. El árbitro es una persona, como tú, por lo tanto se equivoca. En cualquier día concreto de partido para ti falta personal no es lo que dice el reglamento, es lo que interpreta el árbitro. Lo que un árbitro quizás te permita un día, otro no te lo va a permitir al día siguiente. Sé listo y adáptate. Los mismo, otro ejemplo, con los pasos de salida. “Es que cada vez que hago esto me pitan pasos”, dicen algunos jugadores. Bien, la solución (para aquel día) es: “pues no lo hagas”. Aunque en realidad no sean pasos de salida, si aquel día el árbitro los pita no vas a tener mas remedio que adaptarte. Todo esto forma parte de lo que se llama la lectura del partido. El baloncesto es el mismo, pero no hay dos partidos iguales.

Otro ejemplo. Cuando te piten algo que no es, o que tú crees que no era correcto, no les perdones la vida. Los árbitros absorben mentalmente el lenguaje no verbal de los jugadores y de los entrenadores, y lo reinterpretan a su manera. No hace falta que les insultes para que te señalen una técnica o para que se queden con tu cara. Tu cara, tus gestos, te suelen delatar mucho más que tus palabras. Cuando te piten algo que no estás de acuerdo, evita los gestos, mueve la cabeza afirmativamente (solo un poco) y céntrate en lo que va a venir ya, en defender. Intenta solucionar el posible error que has cometido con un acierto en la acción siguiente.

Piensa también en qué nivel juegas y cuántos grupos mejores y mayores por edad hay en tu federación. Los árbitros también están clasificados por niveles. Si tu equipo juega, es tan solo un ejemplo, en una categoría baja, ¿crees que os van enviar árbitros de euroliga?

Para acabar:

Si un árbitro te saca con facilidad mentalmente de un partido es que quizás aún no estás preparado para jugar. Y eso es algo que el entrenador del equipo contrario te va a agradecer mucho.