¿Juegas a baloncesto? Empieza por configurar tu cerebro

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Tú no eres tu cerebro. Díselo para que lo sepa.

Algunas ideas breves sobre el cerebro.. En principio tu cerebro controla una serie de cosas para que tú te puedas despreocupar. Es como viene de serie. Por ejemplo, no es necesario que te preocupes por respirar, o por hacer la digestión. Sin embargo, otra serie de cosas las has de configurar tú. Pensar es una de ellas. Una cosa es dejar que el cerebro divague todo el día y escoja él los pensamientos (es imposible que no esté ocupado en algo) y otra muy distinta es esforzarte para que se centre en lo que a ti te interesa. El cerebro no está diseñado para pensar, sino todo lo contrario, es decir, para no tener que pensar. Pero, por suerte, somos curiosos por naturaleza y nos gusta pensar. Sin embargo eso tiene un coste elevado. Requiere mucho esfuerzo (gasto de energía) y no es seguro que aquello que pensamos sea cierto al cien por cien, o sea, que no es demasiado fiable. Por eso el cerebro a la que encuentra algunas dificultades intenta llevarte por otro camino. O sea, que es muy perezoso y, si no lo acostumbras antes, hay que estar constantemente diciéndole en lo que tiene que pensar y como tiene que hacerlo.

Bien, ¿y qué tiene que ver esto contigo y con el baloncesto? Como he dicho se trata más bien de saber qué pensar y cómo pensarlo. En vez de dejar que el cerebro elija lo que quiere pensar en relación al baloncesto, eres tú el que ha de escoger lo que ha de pensar.

Entender todo el lío que representa el mundo del baloncesto no es nada fácil. Es importante aprender a pensar para entender como funciona este mundo, aunque tú lo único que quieres, lo que de verdad te importa, es aprender y disfrutar del juego. Conocer los engranajes que mueven el baloncesto es necesario para saber elegir el club y el equipo donde jugar.

Piensa, por ejemplo, que tú tienes unas ilusiones (expectativas), tu equipo quizás tiene otras algo distintas, tu entrenador otras y, finalmente tu club, otras más que puede que no coincidan demasiado con las tuyas.

Evidentemente nunca encontrarás nada perfecto ni que se adapte por completo a tus características, pero saber donde te metes hará que puedas conocer los riesgos que cada temporada lleva consigo y solucionar mejor las dificultades. Y eso lleva tiempo y requiere esfuerzo. Has de ver partidos de todos los niveles, hablar con otros jugadores como tú y compartir conocimientos con ellos, con entrenadores, ver vídeos, leer informaciones de otras ligas, etc. Has de saber analizar lo que ocurre, pensar por dónde pueden venir las dificultades y prepararte para cuando lleguen.

En resumen: has de configurar tu cerebro y aprender a pensar. Evita utilizarlo solamente tal y como viene de origen. En otro artículo lo ampliaré un poco más.