¿Entrenas realmente cuando vas a entrenar? (2)

En la primera parte de este artículo decía: “acostúmbrate a entrenar siempre en modo máximo rendimiento”.

Para entrenar en modo máximo rendimiento uno de los aspectos claves es en dónde fijamos nuestra atención. Al principio, cuando aún somos muy novatos, nos cuesta enormemente fijar la atención en donde deberíamos hacerlo. Por ejemplo, si cuando he de jugar un 1c1 con un compañero de equipo estoy con la vista (atención visual) clavada en el suelo, no me va a servir de gran cosa. A lo mejor conseguiré superarlo en ese momento, pero no me servirá en un partido. Cuando, poco a poco, vaya consiguiendo mejorar mi técnica individual, podré centrar mi atención en los detalles que más interesan en esa acción concreta (colocación de mis compañeros, visualización de la canasta, etc). Cuando nos vamos convirtiendo en jugadores expertos, la atención sigue siendo necesaria.

Uno de los aspectos en los que aquí quiero insistir es en dónde fijamos nuestra atención cuando no intervenimos directamente en un ejercicio. Cuando eso ocurre (por ejemplo, en cualquier ejercicio de contraataque, o por oleadas) en los equipos jóvenes es frecuente observar que aquellos que no participan directamente en ese preciso instante, se entretienen hablando entre ellos, riendo o incluso aprovechan el momento para sentarse en los soportes de la canasta. Nuestra atención ha de estar siempre dirigida a lo que ocurre en la pista, aunque esto suceda a 15 metros de distancia. Aunque no intervengamos, todo lo que ocurre allí, lo que en aquel momento llevan a cabo otros compañeros, nos afecta siempre. Podemos aprender mucho de los errores (y aciertos) que cometen los demás jugadores. Intenta, pues, tener siempre la atención puesta en todo lo que ocurre en la pista, aunque tú no intervengas directamente en ese momento.

Quizás pienses que es un detalle que ya haces. No estés tan seguro. Coméntaselo a algún compañero y evaluaros los dos en el próximo entrenamiento. Quizás os llevéis una sorpresa.

Piensa que aunque estés jugando cien años seguidos no vas a poder cometer todos los errores posibles, de modo que, aprovecha y aprende también de los errores de los demás.